lunes, 16 de enero de 2017

El fin de una vida

  Hace tiempo que la vida que ofrecía aquí se acabó. Con ella se fue aquella chica con ilusiones, ganas, con objetivos que cumplir, que intentaba estar de buen humor, que quería y ponía empeño en hacer todo lo que se proponía... y lo hacía.

  Tanto fue así que se olvidó de apuntar alto, de poner objetivos que parecían inalcanzables para poder llegar muy lejos y no quedarse sin metas.

  Hoy, aquí estoy, con todo lo que quería realizado pero malhumorada casi a cada rato, sin ganas, sin aspiraciones. ¿Es posible que me haya solucionado la vida demasiado rápido? Es cierto que puedo quedarme sin trabajo en cualquier momento y obviamente tendría que buscarme la vida de nuevo, pero esos problemas los tenemos todos.

   Miedo, es la palabra mágica de mi vida ahora mismo. Todo lo rige el miedo, a todo. Siento como que he retrocedido, parece que soy una niña asustada ante el mundo, que no sabe cual es el paso siguiente ni sabe tomarlo. Juro que intento cada día hacer algo que me llene, que me haga feliz, ponerle ganas y arrancar de nuevo. Y por un momento lo consigo, pero es casi como una ilusión. Cada vez que me golpea de nuevo mi realidad, se me hace mas dura la remontada.

  Y vengo aquí a decir todo esto por una sencilla razón. La gente siempre da el mismo consejo, con toda su buena intención, y lo agradeces, pero que no es solo que no te sirva, es que te frustra que parezca tan fácil, que parezca que la culpa es tuya y nada más, que no le pones solución porque no quieres, cuando en realidad no puedes. Y lo sabes porque lo has intentado ya muchas veces.

  Por eso te digo, si es que alguien lee esto, que si todavía puedes, te pongas metas inalcanzables, imposibles, lo mas altas que puedas imaginarte. Y nunca desesperes, porque si sabes a donde vas nadie podrá pararte nunca.

domingo, 15 de abril de 2012

Guerra de color

Allí estaba, con su halo rojo más intenso y oscuro que nunca. Yo le miraba, desde una distancia prudente, cosa que no sabía por qué hacía si ella no podía verme.

En donde vivía el color del halo lo determinaba todo. Era difícil cambiarlo pero con esfuerzo se podía. Cuando yo empecé a observarla el suyo era negro, eso no eran buenas noticias ya que en general se evitaba a la gente que proyectaba ese color. Pocos conseguían el halo blanco pero cuando tu energía era lo suficientemente buena este se volvía de tu color preferido.

A pesar de todo fue apartando barreras y convirtiendo en rojo lo que era ausencia de color. Le iba bien en general, creció, intentó ver las cosas desde otra perspectiva, evolucionó y creó un círculo de gente con la que estaba bien, a quienes intentaba ayudar y la ayudaban.
Pero un día no lo soportó más, un gesto acabó por hacerle preguntarse en donde estaba el problema. Por más que la vi repetirse que todo iría bien, intentando convencerse de que era una mala racha y nada era tan importante como para sentirse así... los fantasmas y temores de su pasado venían y la abrazaban. Estaba insegura, sus ojos pedían a gritos claridad.
Y yo no podía hacer nada, solo observar como el esfuerzo de los últimos meses se desvanecía y se volvía más oscuro a ratos...

lunes, 9 de abril de 2012

Conclusiones

Aunque a veces sea difícil mantener la energía adecuada, ¿quien soy yo para quejarme?.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Proyecto número uno

Soy una máquina con cerebro humano. ¿como he conseguido esto? Hace unos años mi equipo y yo trabajábamos con nanorobots. En principio esta investigación iba dirigida a la cura de enfermedades. A través de una cápsula vía oral los nanorobots entrarían en tu organismo y harían la función para la que se les había programado, curando así desde dolencias más comunes a enfermedades que arrebatan vidas. Esto nos hizo soñar con vidas sin problemas de salud, colonización de planetas, mejoras militares... pero había quien creía que podrían hacerse con el control del cuerpo. Yo no lo creía.

Se me ocurrió algo... siempre he sido partidaria de que la coraza que tenemos es increíblemente frágil, pero sin embargo nuestro cerebro nos hace ser quienes somos, y explotándolo de manera adecuada puede hacer cosas extraordinarias así que, ¿por qué no enviar a través de mi cuerpo máquinas a escala nanométrica que se encargaran de reconstruir mi cuerpo pero en una versión robótica? conservando así mis recuerdos, vivencias y mi propia personalidad y soñando con explotar el cerebro de una manera inimaginable, probando nuestros límites reales.

Ingiriendo en cantidades que el cuerpo pudiese soportar todos los materiales necesarios este proceso tardó casi catorce años en estar terminado. Pero la espera mereció la pena.
Mi cerebro está protegido mejor que cualquier base secreta terrestre. Y con el proceso interior terminado, la coraza exterior era relativamente fácil de construir.
Todo iba genial, pero algo que escapaba a nuestro egocentrismo entró en juego.

En uno de los puntos finales del proyecto, mientras estudiábamos mi corazón, vimos algo raro, era lógico teniendo en cuenta que se estaba indagando en él de una manera que nunca antes se había hecho. Era muy pequeño, y se disfrazaba entre sangre y coágulos, podría decirse que era parte del entorno, del mismo material... pero, algo era distinto en esa pequeña molécula o lo que fuese. Nos dedicamos a estudiarlo durante varios meses. Llegamos a la conclusión de que aquello no era de mi cuerpo y, por descartar, llamamos a mi madre. En ella también abitaba... diminuto, quieto y en el mismo lugar donde se encontraba en mi corazón. ¿Genética? No. Estaba en todas y cada una de las personas que accedieron a ser estudiadas.
¿Que era aquello que se nos había escapado durante toda la historia biológica humana? Un cuerpo no podía crearlo, eso no era originario de donde se encontraba. Y si era algo que se escapaba a nuestro entender a pesar de estar en nuestro cuerpo, había una posibilidad enorme de que no fuera puesto ahí por nosotros... ¿Y si simplemente éramos parte de un estudio de algo más grande? No nos atrevíamos a extraerlo sin más de un cuerpo vivo. Así que nos fuimos a lo lógico, confiando en que siguiese allí.
En efecto, en un cuerpo muerto también estaba, pero su anatomía había cambiado ligeramente y su color se había vuelto... indescriptible, era un color que nunca había visto. Definitivamente aquella cosa no era terrestre.

Intentamos olvidarlo, acabar el proyecto, una vez acabado eso no estaría en mi interior. Fue todo un éxito, exceptuando mi cerebro, era un robot.

En uno de mis reconocimientos para comprobar que todo estaba funcionando perfectamente apareció. En mi “corazón” estaba aquello que habíamos tratado de olvidar por escaparse a nuestro entendimiento, adaptado al nuevo medio, ya no era del color que tenía en el órgano vivo, ni de aquel color indescriptible que tenía cuando paraba de latir.
Mi corazón se había extraído en su totalidad, para criopreservarlo junto a todo mi cuerpo. Era imposible que fuese el mismo, pero decidimos revertir la criónica y analizarlo... allí no estaba. Es decir, el mismo cuerpo extraño que habitaba en mi corazón humano ahora estaba en el que podemos denominar mi fuente de energía robótica... ¿cómo?

Así que me aventuré en otro proyecto... Debía dejar plasmado en algún sitio todo el proceso para llegar hasta aquí, con todos los detalles posibles. Escribí, grabé, fotografié... lo dejé en todos los formatos que pude, de todas las maneras que conocía. Y finalmente tomé una decisión. Íbamos a extraerlo.

(...)

Mientras tanto, aquella partícula hacía algo que no percibíamos. Se comunicaba con los suyos. No podía permitir que la quitasen de aquel cuerpo ya fuese de carne o robótico, tenía que encargarse de que su humano hiciese su función, como todos los demás tenían programada la suya. Y entonces ocurrió...

El cielo se abrió, el universo dejó de ser negro y al fin comprendieron, que lo que ellos llamaban tierra era solo un átomo de una molécula que pertenecía a algo tan grande que la imaginación humana no conseguía ni aproximar.

martes, 21 de febrero de 2012

Cosas...

Hace unos meses me dije "venga, necesito afrontar las cosas de otra manera". Dejé alguno de mis principios sin fundamento a un lado e hice algo que pensaba que nunca necesitaría. Daño no iba a hacerme, por intentarlo que no quede.

Total, que tienes una charla contigo misma, llegas a la conclusión de que simplemente buscas tranquilidad en tu vida y si no la has encontrado hasta ahora, algo habrá que cambiar para que venga... Organizas prioridades, colocas tu cabecita y hala, a andar bonita!

En fin, que no dices nada. Y te miran como diciendo "esta vive de puta madre" (con perdón por la expresión) y es verdad, en principio no mienten. Les das la razón porque ves que la tienen. Hasta que en un momento dado, te repiten algo que ya sabías, te llaman algo que ya te habían llamado y no lo aguantas, y ese día no te ves tan bien. Da igual, jodida pero contenta que no se diga, a dormir que mañana se ve todo más claro... si, si. Vamos, que hay gente que está infinitamente peor que tú... correcto.
Porque, ¿que vas a hacer? ¿Repetirte que todo va a ir bien sin creértelo mucho, escribir algo sin sentido alguno y que tirarlo por aquí te haga preguntarte por qué lo haces? Pues no, ¿para qué?, pues eso.

viernes, 13 de enero de 2012

Todo cae

Se estaba convirtiendo en una de esas personas que odiaba y criticaba, una de esas que miran y no saben ver. Quizá por eso todo tenía cierta distorsión.
Esta cosa no enfoca y paso de ponerla en modo manual...

martes, 22 de noviembre de 2011

La palabra

Prescindible. Esa era la palabra que mejor definía el reciente temor que había desarrollado.